Ganaderos e industriales, guerra de precios a dos bandas

La industria tiene dificultad para competir por las importaciones más baratas y los ganaderos rechazan bajadas de cotizaciones en el campo

La industria de la leche y los ganaderos comparten en este momento sus preocupaciones por el comportamiento de los precios, aunque por razones muy diferentes. Los  productores en origen, pujan por la viabilidad de las explotaciones en origen con cotizaciones que cubran los costes de producción y que ofrezcan una rentabilidad a la actividad. Las empresas, apostando por una rebaja de los precios en el campo que les permitan competir en el mercado nacional frente a las importaciones más baratas, especialmente los quesos, así como para poder operar en los mercados exteriores. 

Desde la patronal de las industrias, Fenil, se insiste en la dificultad de operar en el comercio mundial y en el propio territorio nacional a partir de una materia prima cuyo precio en España sigue siendo muy superior al resto de los países.. En  la actualidad, los precios de la leche en España, tras las reducciones experimentadas desde el segundo semestre de 2022 cuando llegaron a los 0,60 euros, se sitúan entre los 0,52 y 0,53 euros litro y de menos de 0,50 en Galicia. A pesar de ello, los mismos se hallan muy por encima de la media comunitaria de 0,43 euros kilo y que van desde los 0,42 euros de Alemania o los 0,51 de Holanda. Esta diferencia de los precios de la materia, por parte de la patronal de la leche se considera es un factor determinante negativo para medir su presencia en todos los mercados, lo que en su opinión, afecta a la propia supervivencia de las industrias y, a la postre, de las propias explotaciones ganaderas, si no hay una industria potente y rentable

Esta situación de los precios de la leche ha dado lugar en los últimos años a solo un ligero incremento de las importaciones de leche para consumo directo hasta poco más de 100.000 toneladas. Sin embargo, las importaciones de queso se han disparado hasta unas 360.000 toneladas consecuencia de unos precios de venta muy bajos al utilizar para su fabricación leches excedentarias hundiendo la producción nacional de quesos de pasta blanda.

Desde el sector productor de leche se critica que la industria acuda ahora a este planteamiento de auto justificación, posiblemente de cara a rebajar los precios en origen este otoño, cuando en la década anterior las empresas estuvieron pagando unos precios medios de entre 0,33 y 0,35 euros, muy por debajo de los precios medios pagados entonces en la Unión Europea. Esta situación de precios bajos y falta de rentabilidad, provocó que en España se llevara a cabo un fuerte ajuste de explotaciones pasando las mismas de más de 15.000 a las actuales 10.000 y que el número de vacas en producción cayera de 820.000 a 790.000 y la producción de 7,5 a 7,3 millones de toneladas.

A pesar de esta situación, de cara al otoño se temen bajadas discretas de los precios de la leche consecuencia de las importaciones coincidiendo además con una reducción en la demanda, tanto de leche como en quesos. El sector productor entiende que la distribución tiene capacidad para asumir un precio más alto de la industria y evitar que bajar los precios en origen sea la única salida a una crisis de ventas.

Desde el campo se demanda una aplicación más rigurosa de la Ley de la Cadena para que los precios de compra cubran al menos los costes de producción.