El valor de las importaciones comunitarias de frutos secos se situó en 2022 en 6.800 millones de dólares, lo que supone una caída de algo más del 4% respecto a los 7.100 millones del año anterior, según un informe del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA). Precisamente Estados Unidos se mantuvo como primer proveedor del mercado comunitario, con envíos por importe de 2.670 millones de dólares, un 7% más que el año anterior, y una cuota del 39% del total de importaciones comunitarias.

La segunda posición entre los principales proveedores de frutos secos del mercado comunitario la ocupa Turquía, con una cuota del 20% en valor, sobre todo de avellanas. Le siguen Vietnam (que envía sobre todo anacardos) y Chile (nueces). Las ventas de almendras (con y sin cáscara) de Estados Unidos a la UE alcanzaron el año pasado los 1.270 millones de dólares; les siguen los pistachos, con un valor de 787 millones, y las nueces, con 477 millones de dólares. En la UE, los principales importadores de frutos secos procedentes de Estados Unidos son Alemania, España e Italia.

Respecto al consumo, el informe del USDA subraya que la demanda de frutos secos continúa en aumento debido a la percepción de estos productos como alimentos saludables y asegura que muchas empresas han asumido parte de los costes de producción, sin repercutirlos totalmente en el precio final, para que las subidas derivadas de la actual situación económica impacten lo menos posible en el nivel de consumo. Apunta, por otro lado, que la industria sigue trabajando en adaptarse a la evolución de la demanda y cita como últimas tendencias un mayor interés por los frutos secos en crudo (sin tostar y sin sal añadida) y por los ecológicos, además de prestar más atención a la sostenibilidad y el consumo responsable.