La producción de tomate ha caído en la UE en los cinco últimos años

Al mismo tiempo han aumentado las importaciones

La producción de tomates destinados al consumo en fresco en la Unión Europea se elevó a 6,2 millones de toneladas en 2022, lo que supone una caída del 13% en cinco años, según datos de la Dirección General de Agricultura de la Comisión Europea. España, primer productor de la UE, obtuvo 1,65 millones de toneladas, un 20% menos que en 2018, cuando todavía superaba ligeramente los 2 millones de toneladas.

El segundo productor, Italia, también registra un descenso de su cosecha, aunque menos acusado: -3%, de 986.000 toneladas en 2018 a 952.000 en 2022. En los Países Bajos la caída en ese período fue del 15% (de 910.000 toneladas a 770.000). Frente a esta tendencia casi generalizada, Francia ha mantenido su producción en los últimos años: en 2018 se obtuvieron 548.000 toneladas y en 2022 fueron 547.000. Por su parte, Bélgica ha incrementado la suya en un 8% y el año pasado llegó a 281.000 toneladas.

Esta caída de la producción comunitaria coincide con un fuerte incremento de las importaciones procedentes de países terceros, en particular de Marruecos. En 2022 llegaron de ese país 557.605 toneladas, frente a las 185.718 toneladas importadas de Turquía y las 51.548 toneladas procedentes de otros orígenes. En el caso de Marruecos, las importaciones han crecido en un 41% desde 2018, cuando se situaron en 394.371 toneladas. En 2016, la UE exportaba todavía más tomates de los que importaba, pero al año siguiente la situación cambió y pasó a ser importadora neta de este producto. En 2022 las importaciones de tomates frescos alcanzaron las 794.871 toneladas mientras que las exportaciones se quedaron en unas 360.000 toneladas.