El número de focos de enfermedad hemorrágica epizoótica en el ganado vacuno (aunque también en ciervos) se ha disparado en España y casi todas las comunidades autónomas han confirmado casos. Son ya más de 120 los confirmados, según datos del Ministerio de Agricultura.

A pesar de ello no se ha fijado todavía una fecha para celebrar la reunión con las comunidades autónomas y con los representantes de los ganaderos para abordar el problema, a pesar de la alarma creciente entre los productores de bovino.

El País Vasco, Cantabria y Asturias son las últimas comunidades en sumarse a la ya larga lista de comunidades autónomas con focos. De hecho, las únicas en las que aún no se ha notificado la presencia de la enfermedad, aparte de los dos archipiélagos, son Galicia, Navarra, La Rioja y Cataluña.

Esto tiene consecuencias en el comercio, ya que desde las regiones con casos no se pueden exportar bovinos, ovinos y caprinos para vida a otros Estados miembros de la Unión Europea. Los movimientos nacionales de bovinos sí pueden realizarse, pero previa desinsectación de animales y vehículos.

Los ganaderos están sufriendo cuantiosas pérdidas, ya que, aunque se trata de una enfermedad de declaración obligatoria, no se contemplan indemnizaciones por los animales muertos, tampoco medidas de apoyo para la prevención o para tratar a los animales enfermos ni un seguro.