La sequía de los últimos meses, no solamente se ha llevado por delante la cosecha de los cereales de invierno, sino también la producción de paja. Frente a lo sucedido en otras campañas cuando España era un importante exportador especialmente a los países árabes y hasta Japón, además de para algunas cabañas ganaderas como la de ocas en Francia, hoy el sector se halla abierto a las importaciones para atender la demanda especialmente de cabañas ganaderas como el vacuno y el ovino. Ante esta situación, desde el sector se pide no usar la paja para la obtención de energía.

En una campaña normal con una superficie de unos seis millones de hectáreas de cereales de invierno, especialmente trigo, cebada, avena y centeno, la producción de paja se estimaba en unos cinco millones de toneladas sobre unos rendimientos medios de unos mil kilos por hectárea. Este año, con una superficie de unos 5,3 millones de hectáreas, la producción de paja se estima no llegará a los cuatro millones. Sobre esa superficie, aproximadamente el 50% corresponde a territorios en la mitad sur de la península donde los rendimientos no han superado los 500 kilos y donde miles de hectáreas no se han podido segar para dedicar las mismas a pasto de la ganadería. En la mitad norte los rendimientos han sido más elevados, si bien en los territorios al sur del Duero y del Ebro han sido igualmente bajos, a diferencia de las zonas más al norte.

Ello ha supuesto una subida de los precios a una media en Castilla y León hasta 0,20 euros kilo en campo para situarse en zonas de consumo a un min d cinco céntimos más en función del transporte. Rosario Arredondo ganadera de vacuno en Cantabria se lamenta de que los precios de la leche se sigan recortando muy por debajo de los costes, sin que nadie haga nada, a 0,53 euros litro, mientras está pagándola paja a 0,26 euros kilo.

En la parte contraria, el mercado de los cereales se asemeja cada vez más a una montaña rusa en función de lo que suceda en Ucrania. A pesar de una reducción de la oferta en España y en el conjunto de la UE, las buenas cosechas en otras latitudes y las estrategias de las multinacionales han dado lugar a una fuerte bajada de los precios desde otoño hasta cotizaciones de 0,23/,024 euros kilo en origen para la cebada y de 0,40/0,45 para trigos y maíz, lo que supone una escasa diferencia sobre la paja. Las bajas cosechas, según datos de los operadores, parece apuntan a una remontada a medio plazo de los precios de los cereales.

Una vaca de leche estabulada tiene una demanda de hasta unos cinco kilos de paja por animal para comida, a los que se suman el volumen para camas en los suelos, lo que ha dado lugar a que, en muchos casos se haya sustituido la paja por otros productos como el serrín.