Recuperación de la producción española de fruta de hueso

Aunque la sequía puede hacer variar considerablemente las cifras

La producción española de melocotón, paraguayo, pavía y nectarina podría situarse este año en 1,54 millones de toneladas, lo que supondría un incremento del 49,91% respecto a la corta cosecha obtenida el año pasado, la más baja en 10 años. Estas son las previsiones que, con mucha cautela, ha lanzado Cooperativas Agro-alimentarias, que el 23 de mayo participó en el Foro Europech, junto con representantes del sector de Italia, Francia y Grecia.

Todos coincidieron en señalar las dificultades para elaborar una previsión de cosecha, dadas las circunstancias climatológicas que atraviesan las principales regiones productoras europeas, con una fuerte sequía en algunas e importantes inundaciones en otras. De hecho, las cifras se actualizarán a mediados de junio, cuando se vea más claramente el impacto de ambos fenómenos. Las cooperativas subrayan que en España la cosecha de estas frutas dependerá directamente de la disponibilidad hídrica en las próximas semanas y a lo largo del verano, especialmente en el valle del Ebro, en un contexto de sequía severa, tras un invierno y primavera muy secos.

Por el momento, las previsiones para España apuntan a un volumen de 299.449 toneladas de melocotón (+28,51% respecto al año pasado), 335.929 toneladas de paraguayo (+58,40%), 292.159 de nectarina (+40,53%) y 621.146 de pavía (+63,43%).

En cuanto al resto de países europeos productores, Italia -con datos no actualizados, anteriores a las inundaciones- ha expuesto dos realidades muy diferentes. En el norte, caída de la producción (-35%) como consecuencia de las heladas de abril y otras anomalías térmicas que afectaron a Emilia Romaña, y en el centro y sur, ligero incremento. En total, la producción se quedará por debajo del millón de toneladas, un nivel similar al de 2022, pero lejos de la oferta de 2019. Francia (con una previsión de 231.013 toneladas) y Grecia (con 665.840 toneladas) se mantienen en niveles de producción muy similares a los de 2022, aunque la amenaza por la falta de lluvias y de disponibilidad de agua de riego preocupa también en algunas de las regiones.