Los focos de gripe aviar altamente patógena en aves de corral fueron menos frecuentes en la UE en marzo y abril (con un centenar de casos detectados) que en el período comprendido entre diciembre de 2022 y febrero de 2023 y con respecto a la primavera de 2022, según ha señalado la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (AESA) en su último informe.

También disminuyeron en marzo y abril los casos en aves silvestres (hasta unos 600), aunque están por encima de los registrados en la primavera del año pasado. La AESA subraya que el virus muestra signos de adaptación a las aves salvajes, lo que afecta especialmente a las gaviotas reidoras y aumenta la mortalidad de especies amenazadas, como el halcón peregrino. La incidencia de la enfermedad en las gaviotas, muchas de las cuales se reproducen tierra adentro, podría “aumentar el riesgo para las aves de corral, sobre todo en julio y agosto, cuando los pájaros se dispersen desde las colonias de reproducción”.

Por otro lado, el Ministerio de Agricultura francés ha dado cuenta de un aumento de los focos de gripe aviar en granjas del suroeste del país, tras dos meses de calma en el conjunto del territorio. Desde el 14 de marzo no se registraba ningún caso en aves de corral pero desde el 4 de mayo se han contabilizado más de 30, principalmente en patos. Además de las zonas de protección y vigilancia en torno a los focos (de 3 y 10 kilómetros, respectivamente) y del sacrificio de los animales tanto en las granjas afectadas como en las demás situadas dentro de esos perímetros, las autoridades francesas han establecido una zona adicional de vigilancia desde los 10 a los 20 kilómetros en torno a los focos para crear una barrera sanitaria y contener la propagación de la enfermedad. Dentro de esa área no podrán introducirse nuevos palmípedos para su cría y los movimientos están muy limitados. Ante este rebrote de la enfermedad, el Ministerio considera importante acelerar los trabajos para aplicar una estrategia de vacunación. El objetivo es que esté lista para el otoño.