España importó en 2022 unas 360.000 toneladas de quesos procedentes en su mayor parte de Alemania, Países Bajos y Francia elaborados con leche excedentaria, lo que permite a sus fabricantes la comercialización a bajos precios en otros mercados, al igual que sucede en Navidades con el cordero francés. A esa cifra se suma una producción nacional a la baja de 548.000 toneladas. Si a ese volumen de disponibilidades se restan unas exportaciones españolas de 117.000 toneladas, la demanda interior se situaría en unas 793.000 toneladas, por lo que el queso importado supone más del 40% de la demanda interior y frena la oferta nacional elaborada con leche no excedentaria. Esas importaciones de queso equivalen a unos 2,5 millones de toneladas de leche.

España ha pasado en los últimos años desde la eliminación de las cuotas en 2015 de producir seis a 7,4 millones de toneladas. Ello supone que las importaciones de leche a granel pasaran de 500.000 a solo 80.000 toneladas, si bien existen importaciones de leche envasada desde los grupos de franceses de distribución.