El porcino elabora su Plan Estratégico

El sector frenó su expansión pero sigue liderando la actividad ganadera, primer país productor de la UE y el segundo exportador del mundo


El sector del porcino de “capa blanca”, el criado mayoritariamente en explotaciones intensivas, registró en 2022 un freno en su línea de permanente crecimiento en la última década consecuencia fundamentalmente de las circunstancias de los mercados derivados de la invasión de Ucrania, incremento de los precios de las materias primas para la alimentación animal, la sequía o la inflación. A pesar de todos esos condicionantes en contra, el sector se mantiene como el buque insignia de la actividad ganadera nacional por volumen y el valor de sus producciones, consolidándose como el primer país productor de la Unión Europea y el segundo país exportador solamente por detrás de Estados Unidos.

No obstante esta posición en los mercados, el sector encargado a una consultora la elaboración de un Plan Estratégico para afrontar los retos del futuro. Preocupa la necesidad de llevar a cabo un proceso de renovación de las explotaciones para mejorar sus estructuras. Preocupan las futuras exigencias en materia de bienestar animal con todo lo que ello conlleva de aumento de espacio, reducción de censos y ampliación de explotaciones con la dificultad existente para lograr permisos. Preocupa que todo ello pueda acarrear una pérdida de competitividad para estar en los mercados, además con el consiguiente impacto sobre la importante industria ligada al sector en el territorio rural. Finalmente, y no menos importante, preocupa la falta de relevo frente de las granjas, aspectos a los que se pretende dar una respuesta con ese Plan y adoptar las medidas necesarias para cambiar el actual escenario

El porcino, como la avicultura, a diferencia de otras cabañas, se halla prácticamente fuera de los grandes mecanismos de ayudas directas comunitarias y que su éxito se ha basado en su capacidad para autorregularse y operar en más de un centenar de mercados por su propia capacidad competitiva y a pesar de las mayores exigencias medio ambientales para ese tipo de explotaciones.

 Freno al crecimiento

Tomando como referencia la última década, el sector del porcino de capa blanca ha pasado de un censo de 22,9 millones de cabezas a 30.68 millones, mientras el cerdo ibérico lo hacía de 2,35 a 3,4 millones de cabezas. La dimensión media de las explotaciones de cerdo de capa blanca se ha mantenido estabilizada en ese periodo en unos 461 animales, una cifrar muy inferior a la de otros grandes países productores como Alemania, Países Bajos, Dinamarca o Estados Unidos.

 En el número de granjas, la tónica dominante en la última década ha sido la estabilidad, con muy ligero recorte para el total de las explotaciones pasando de 89.192 a 86.250 y concretamente la del cerdo de capa blanca de 71.700 a 66.592, con un predominio de la granjas familiares y solamente con 2.330 de gran capacidad con más de 480 Unidades de Unidades de Ganado Mayor, UGM. Una cerda de cebo en ciclo cerrado equivale a 0,96 UGMs y un cerdo de cebo de 20 a 100 kilos a 0,12 UGM

El ganado sacrificado, en la última década se pasó de 41,6 millones de cabezas a 56,65 millones, con un incremento del 36,2%. Sin embargo, la cifra supone, por primera vez en los últimos años, un ligero retroceso sobre los 58,37 millones de 2021.Traducido en volumen de carne, en la última década el mismo pasó de 3,47 millones de toneladas a la cifra record de 5,18 millones en 2021 en una línea de ascenso continuado. Esta tendencia se rompió en 2022 con una leve caída hasta los 5,07 millones de toneladas, fenómeno que es importante considerar si se mantiene en 2023 antes de sacar conclusiones sobre la situación y el futuro del sector.

España con esa producción de 5,07 millones de toneladas desde los 3,47 millones de toneladas de 2012, se halla a la cabeza de los países comunitarios por delante de los 4,49 millones de toneladas de Alemania, de los 2,15 millones de toneladas de Francia, 1,79 millones de toneladas de Polonia, 1,75 millones de los Países Bajos, 1,67 millones de Dinamarca,1,27 millones de Italia o de los 1,04 millones de Bélgica, todo ello a pesar de los ajustes provocados por el aumento de los costes y la mayores exigencias medioambientales.

El sector registró en 2022 un valor de la producción de 10.870 millones de euros, un 22% más, que suponen el 42% de la producción ganadera y el 17% de la producción final agraria

Con estas cifras, para el sector del porcino, han quedado ya muy lejos aquellos tiempos en la década de los ochenta y noventa cuando España, consecuencia de la peste porcina con una parte importante de la península cerrada sin la posibilidad de exportar, mientras estaban abiertas las exportaciones de otros países comunitarios. Hoy, básicamente se importan lechones ante la necesidad de disponer de más animales para responder a las ventas en los mercados de exportación.

España llevó a cabo en 2022 unas exportaciones de 2,93 millones de toneladas, en más de un centenar de países además de los comunitarios, una cifra ligeramente inferior a los 3,09 millones de toneladas de 2021 e igual a la de 2020 con 2,97 millones de toneladas, pero que suponen más del doble de los 1,41 millones de toneladas exportadas en 2012 y que refleja el poderío España en los mercados exteriores donde es líder con cifras iguales a Estados Unidos. En la Unión Europea, Alemania es el segundo exportador con 2,3 millones de toneladas.

Aunque las ventas se han reducido a la mitad una vez superada la peste porcina de los años 2020 y 2021 cuando España llegó a colocar en ese mercado hasta 1,4 millones de toneladas de productos, China se mantiene como el principal cliente con unas 700.000 toneladas. Siguen otros mercados asiáticos como Filipinas con 209.000 toneladas o Japón con 204.000 toneladas como destinos claves. Pero el resto de los países comunitarios se mantienen también como importantes compradores donde destacan 290.000 a Francia, otras 216.000 toneladas a Italia o las 124.000 toneladas en Portugal, mientras no despegan lo suficiente los mercados del continente americano donde Canadá tiene más protagonismo en Estados Unidos.

Consecuencia del incremento de los precios también en los mercados exteriores, el valor de las ventas en los mismos se elevaron a 8.290 millones de euros frente a los 7.720 millones del año anterior a un precio medio de 2,83 euros kilo frente a los 2,50 euros de 2021 frente a unas importaciones de solo 560 millones de euros, lo que supone una balanza comercial en positivo.

En el mercado interior, el sector, según datos provisionales ha sufrido los efectos, la inflación y de la subida de los precios. El consumo de carnes frescas de porcino ha pasado de las 484.000 toneladas de 2020 a las 453.000 toneladas de 2021 para caer en 2022 a 408.000 con datos provisionales computando solamente el consumo en los hogares. Estas cifras, si se contemplan igualmente las ventas en los canales de la restauración, se incrementarían entre un 18% y un 22%.

En lo que se refiere a los productos elaborados, las ventas estimadas en 2022 se situaban en 494.000 toneladas frente a las 540.000 del año anterior, también solo en los hogares.