El sector del ajo, unas 30.000 hectáreas y una producción de unas 280.000 toneladas fundamentalmente en Castilla La Mancha y Andalucía, ha reiterado sus denuncias ante Bruselas contra la importación fraudulenta de ajos chinos que afecta gravemente a las cotizaciones. Desde la producción se denuncia el fraude en una doble dirección. En primer lugar, la entrada de ajos, teóricamente congelado, aunque en realidad es un ajo fresco que de esa forma no sufre imposiciones de cupos y el pago de un arancel de 1,2 euros kilo. Al margen de esa situación ,el sector sufre a su vez la entrada de ajo vía otros países comunitarios del este o desde Portugal,así como via terceros países como Marruecos, lo que hace prácticamente imposible saber exactamente el volumen que procede desde China con el con siguiente impacto negativo también sobre las exportaciones españolas.

España es el primer productor de ajo comunitario por lo que las importaciones chinas afectan negativamente a las ventas a otros países de la UE que en este producto son deficitarios