Los operadores en el sector del vacuno dedicados a la exportación de animales vivos se han visto obligación a buscar mercados alternativos tras la suspensión de licencias por parte de las autoridades argelinas, actitud que se produjo a raíz de la decisión española de apoyar los planteamientos de Marruecos en el conflicto del Sahara. Al tratarse de un comercio de Estado, es el gobierno quien concede las autorizaciones de compra.

Argelia importaba en la actualidad unas 25.000 cabezas de las 190.000 que coloca España anualmente en el exterior, cifra que se había reducido ya en los últimos años. Los operadores españoles se han visto obligados a derivar ese volumen de ventas hacia otros países de la zona o del Golfo como Líbano, Libia, Jordania o Arabia Saudí. El hueco dejado por España lo está ocupando fundamentalmente Francia

En medios de los operadores se estima que la medida no tendrá un efecto muy negativo sobre el sector en cuanto en la actualidad España tiene unos precios elevados en vacuno y ello dificultaba las ventas fuera. Además, se espera un ajuste en la producción ante la menor entrada de animales en los cebaderos por el aumento de los precios de los piensos