La semana pasada se confirmó un nuevo caso de viruela ovina y caprina en Castilla-La Mancha. Fue en una explotación de ovino de Alcázar de San Juan (Ciudad Real) que contaba con unos 11.500 corderos.

Hasta ahora los focos registrados en esta región se habían dado en Cuenca y ante este nuevo caso, fuera ya de esa provincia, el Gobierno de esta comunidad ha decidido ampliar la zona restringida adicional a todas las provincias, salvo a Guadalajara. En toda esta zona han quedado prohibidos los movimientos de ovinos y caprinos para cualquier destino que no sea el sacrificio y, además, se reforzarán las medidas de inspección clínica de los animales y en los mataderos.

El consejero de Agricultura, Francisco Martínez Arroyo, ha precisado que estas medidas suponen la inmovilización de 3,5 millones de animales pero ha subrayado que sí se permite el movimiento de leche.

Por otro lado, ha señalado que se han abonado ya 4 millones de euros en indemnizaciones a los ganaderos afectados de la provincia de Cuenca y que se está elaborando una disposición para conceder ayudas a la reposición para las explotaciones que han sido objeto de vaciado sanitario.

Con este último caso son 26 los registrados desde septiembre del año pasado en España (trece en Castilla-La Mancha y trece en Andalucía).