La granja contaba con un censo aproximado de 1500 animales y se sospechó de la presencia de la enfermedad por un incremento anormal de la mortalidad. Se considera que la vía más probable de introducción del virus en la explotación fue el contacto con aves silvestres. Los servicios veterinarios de la Junta de Castilla y León han adoptado las medidas establecidas en la reglamentación (inmovilización de la explotación, realización de la encuesta epidemiológica para conocer el posible origen del foco y las explotaciones en riesgo por movimientos de personas y vehículos; sacrificio y destrucción oficial de los cadáveres, pienso y demás materias que pudieran vehicular el virus; establecimiento de una zona de restricción y una zona de vigilancia alrededor del foco).