Tal y como había anunciado, la Comisión Europea ha presentado un plan para tratar de abaratar el precio de los abonos y garantizar su disponibilidad, que se encuentra en riesgo como consecuencia de la guerra en Ucrania.

La estrategia de Bruselas no incluye partidas financieras nuevas sino recomendaciones a los Estados miembros para proteger a los fabricantes de fertilizantes y para utilizar fondos ya existentes con el fin de rebajar el precio a los agricultores.

Por ejemplo, la Comisión pide a los Estados miembros que den prioridad a los fabricantes de abonos en el acceso al gas natural en caso de haya un racionamiento de gas y rechaza eliminar ciertos aranceles a la importación de sustancias fertilizantes porque considera que podría perjudicarles.

Por otro lado, sugiere que utilicen las ayudas de Estado para adquirir abonos a precios de mercado más competitivos y ofertarlos a los agricultores a un precio más bajo o que soliciten que se active la reserva de crisis agrícola con ese fin.

También anuncia que trabajará con los Estados miembros para fomentar unas prácticas agrícolas sostenibles, recurriendo a la agricultura de precisión, a la agricultura ecológica y al cultivo de leguminosas en las rotaciones.

Los fabricantes europeos de fertilizantes, entre ellos los españoles, han dado una buena acogida al plan pero los agricultores están muy decepcionados. Por el contrario, la presidenta del COPA-COGECA (que agrupa a las organizaciones y cooperativas agrarias comunitarias) ha señalado que no hay soluciones a corto plazo para los agricultores y ha dicho que no entiende por qué Bruselas ha presentado una estrategia sin apenas propuestas.