El Ministerio de Agricultura ha presentado un nuevo proyecto de Real Decreto con la normativa para la nutrición sostenible de los suelos agrarios.

Al igual que el presentado en 2020, el objetivo de la norma es disponer de un marco de acción que permita mantener o aumentar la productividad de los suelos agrarios al tiempo que se reduce el impacto ambiental de la aplicación de fertilizantes.

De las obligaciones que tendrán que respetar los agricultores en materia de fertilización se pueden destacar dos. Por un lado, el cuaderno de explotación deberá incluir una nueva sección de “fertilización”. En ella se registrarán todas las operaciones encaminadas a aportar nutrientes y se recogerán los datos relativos a la composición del suelo (que tendrá que analizarse periódicamente), al aporte de fertilizantes o estiércoles y al agua de riego.

Por otro lado, las explotaciones deberán realizar un plan de abonado, que será obligatorio a partir del 1 de septiembre de 2024. En él se detallará cuándo se van a aportar los distintos nutrientes, el tipo de abono, la forma de aplicación y las medidas para reducir las emisiones de amoníaco y de gases de efecto invernadero. De esta obligación estarán exentas las unidades de producción que no superen las 10 hectáreas de superficie, siempre que sean de secano o estén dedicadas únicamente a pastos o cultivos forrajeros para autoconsumo.

Este texto está abierto a consulta pública hasta el 5 de mayo.