A 29 de septiembre eran ya nueve los focos de viruela ovina y caprina detectados en España, tres en la provincia de Granada y seis en la de Cuenca. La intensificación de la vigilancia llevada a cabo por los servicios veterinarios oficiales a raíz de la notificación del primer caso, el 22 de septiembre en una explotación de ovino en el municipio de Benamaurel, ha permitido que salgan a la luz los demás.

Las autoridades de Andalucía y Castilla–La Mancha están adoptando las medidas de control establecidas en la normativa: sacrificio de los animales de las explotaciones afectadas, eliminación de los cadáveres en planta de trasformación, limpieza y desinfección oficial de la explotación, establecimiento de una zona de protección de 3 km y una de vigilancia de 10 km, con refuerzo de medidas de bioseguridad y vigilancia en las explotaciones, así como la aplicación de medidas de restricción de movimiento de animales y productos y la investigación epidemiológica para tratar de identificar el origen del virus.

El Ministerio de Agricultura ha recordado que se trata de una enfermedad no zoonósica que afecta exclusivamente a las especies ovina y caprina, sin que en ningún caso pueda transmitirse al ser humano. Por otro lado, ha reiterado la importancia de aplicar en todo el territorio nacional unas adecuadas medidas de bioseguridad en las explotaciones de ovino y caprino y durante en el transporte animal, así como de garantizar el buen funcionamiento de los sistemas de vigilancia pasiva para detectar tempranamente la eventual entrada de la enfermedad en otras explotaciones.