26/09/2022 10:08
Iniciada la recolección, se están confirmando las previsiones. La falta de lluvias hundió los rendimientos en el girasol, a la vez que ha provocado sub idas de precios a niveles históricos, aupados también por los mercados exteriores.
La invasión de Ucrania, con una fuerte subida de los precios de la pipa y del aceite, disparó las siembras de girasol en España esta campaña un 26%. Sin embargo, la sequía del último medio año para las zonas de cultivo, generalmente en secano, diezmaron la producción, lo que obligará este año, ante la invasión de Ucrania, a un aumento de las importaciones de pipa y aceite desde otros países como Turquía, Bulgaria, Francia o Sudáfrica.
Frente a una superficie de cultivo el año anterior de 762.000 hectáreas, este año las siembras crecieron un 26% hasta las 962.000 hectáreas consecuencia del aliciente que presentaban los buenos precios existentes en los mercados exteriores por la invasión de Ucrania y la flexibilización acordada por la Administración comunitaria sobre las rotaciones de cultivos o los índices de barbecho. Ello supuso, según señalaron ya desde el propio sector, que muchas tierras no aptas para el cultivo se sembraran de girasol en secanos, circunstancia negativa a la que se sumó la falta de lluvias en los últimos meses. Para Pedro Gallardo, agricultor de Asaja en Cádiz y responsable del grupo de oleaginosas en el Copa-Cogeca de la UE, consecuencia de estas situaciones, las producciones medias bajarán de cifras por encima de los 1000 kilos hectárea a una media de entre 700 y 800 kilos, equivalentes a unas 740.000 toneladas de pipa. Con unos rendimientos medios de aceite de entre un 40 y un 44%, la producción de aceite de girasol sólo se situaría en unas 340.000 toneladas.
La baja producción se comenzó a reflejar ya en los inicios de campaña con un incremento de los precios desde los 0,50 euros del pasado año a los 0,66 euros, cifra que ha ido subiendo a medida que avanzaba la recolección hasta cotizaciones por encima de los 0,80 euro para una calidad estándar con cifras por encima para algunas partidas, lo que avalaría este año la rentabilidad del cultivo por sus menores costes de abonado frente al cereal.
La demanda interior en los hogares y en la restauración la Asociación de Envasadores la estima en unas 350.000 toneladas, aunque las cifras de los asociados no llegan a las 300.000. A esa cifra se sumaría una demanda de la industria de otras 350.000, lo que supone un total de unas 700.000 toneladas. Este desajuste histórico, también para las exportaciones, se viene cubriendo vía las importaciones de pipa, unas 230.000 toneladas y otras 600.000 de aceite en 2020.
En este contexto, los precios del aceite de girasol al consumo experimentaron en los últimos meses fuertes subidas hasta su venta en la distribución desde una media de 1,40-1,50 euros, a una media de 2,60-2,70 euros litro. Con estas cotizaciones, el volumen de las ventas de girasol registraron un incremento de casi un 3% en tasa interanual al mes septiembre, según datos de los envasadores, mientras las ventas de aceite de oliva en el mismo periodo, por la fuerte subida de los precios, registraban un descenso del casi el 7%. A pesar de ello, el girasol sigue sin ser la alternativa al consumo de aceite de oliva.
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