Durante los últimos quince años el número de fondos que invirtieron en el sector agroalimentario en la península se ha multiplicado por 15 hasta superar en 2020 los 700 millones de euros según los datos elaborados por la consultor norteamericana CBRE en su informe Agribusiness. Para la consultora esas actuaciones responderían a las buenas perspectivas de rentabilidad en sectores como los cítricos, el vino o el aceite con una buena relación entre inversión y riesgo y, todo ello en un contexto donde la alimentación es ya un campo de batalla por las perspectivas sobre una progresiva mayor demanda de alimentos en el mundo con previsión de 9.000 millones de ciudadanos en 2050. En las estrategias de inversión también cuentan como un incentivo las ayudas comunitarias.