Los precios de los cereales ceden por la reducción de la demanda

Tras las cifras record provocadas por la invasión de Ucrania, los mayores costes de los piensos provocaron un ajuste de las cabañas ganaderas

Se paró la escalada. Tras las cifras record históricas registradas en la última campaña consecuencia básicamente de la invasión de Ucrania, los precios de los cereales han sufrido ya una primera caída fundamentalmente por la presión de la oferta de la nueva cosecha, aunque sea baja, a la mejora de las previsiones de cosechas en otras latitudes y, especialmente por una reducción de cabañas ganaderas debido al aumento de los costes de producción y la dificultad para repercutir los mismos en los precios de venta o los interrogantes sobre el futuro comportamiento de la demanda ante la evolución alcista de la inflación.

Los precios de los cereales más demandados como trigos blandos, cebadas o maíz, con Ucrania al fondo, se situaron en niveles de cotizaciones medias record de 360 euros y hasta por encimas de los 400 euros. Este comportamiento de las materias primas se tradujo en un incremento medio de los piensos entre un 40% y un 50%. Ante la dificultad para trasladar los mismos a los precios de venta en la distribución, el sector productor apostó por una progresiva reducción de las cabañas.

En el vacuno de leche, donde las subidas de los precios llegaron tarde y no evitaron que docenas de miles de animales con los rendimientos más bajos fueran carne de matadero, se rebajó la cabaña de unas 850.000 cabezas a unas 800.000. En el caso del vacuno de carne se produjo un recorte en la entrada de animales en los cebaderos y muy especialmente en la importaciones de terneros de Francia para su engorde en cebaderos. En el porcino, los precios se hundieron entre el verano de 2021 hasta los inicios de este año consecuencia de una reducción de compras por parte del China como principal comprador tras recuperar su cabaña diezmada por la peste y el sector optó por la estabilidad en las granjas, lo que se ha traducido hoy en nuevas e importantes subidas de precios. En avicultura de puesta, el hecho de que la reposición de animales se haga cada año, ello impidió ajustes drásticos. Finalmente, en la avicultura de carne, la dificultad para repercutir los mayores costes de producción en los precios de venta hizo que se ajustaran las entradas de animales para la crianza y que se alargaran los plazos entre camada y camada.

El ajuste en las cabañas ganaderas, explican en el sector, además de por los mayores costes, respondería igualmente a las dudas sobre el futuro comportamiento de la demanda de carne y derivados consecuencia de la elevada inflación y los temores a una reducción en las compras.

En este comportamiento a la baja de los precios también está afectando la entrada en el mercado de la nueva cosecha, aunque la misma, según los datos elaborados por las Cooperativas Agroalimentarias registrará una caída de casi el 30% sobre el año pasado con solo 17,6 millones de toneladas. Los fuertes calores de las últimas semanas agostaron los campos del Duero y de la mitad norte de la península y zonas del centro y los daños fueron inferiores en la mitad su al estar ya más adelantados los cultivos. En el caso de Castilla y León, la reducción va de 9,3 a unos 5,6 millones de toneladas y de baja calidad, en Castilla La Mancha de 4,3 a 3,4 millones de toneladas. En Andalucía solo caería un 12% de 1,7 a 15 millones de toneladas o de un 20% en Extremadura.

En conjunto, se trata de una cosecha que obligará al sector a importar unos 17 millones de toneladas, una cantidad igual a la producción interior. La demanda de todos los cereales, los destinados a la alimentación animal y humana se sitúa entre los 37 y los 38 millones de toneladas donde destacan el maíz con cifras que han llegado a superar los nueve millones en toneladas y los cinco millones en trigos blandos.