El aceite de oliva cerró el año con una caída de ventas del 18%, hasta las 250.000 toneladas, lo que supone un descenso importante, pero muy inferior a las caídas que se habían registrado en la primera parte del año que llegó hasta un 40% según los datos de la patronal de los envasadores Anierac. A pesar de los fuertes incrementos de los precios, el aceite de oliva virgen extra sigue a la cabeza de la demanda con 103.800 toneladas, aunque con un descenso del 18,90% El aceite virgen solo cayó l 6,1% hasta las 29.500 toneladas. La mayor caída corresponde al aceite de oliva suave, aceite refinado, con un descenso del 24% desde las 109.000 a las 83.000 toneladas.

Nota a destacar es el estancamiento del aceite de girasol con 264.000 toneladas y un incremento del 0,12%. Por el contrario sube la venta de aceite mezcla de semillas un 61% hasta las 98.500 toneladas, especialmente por su uso en la industria alimentaria

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