La caída en la demanda de vino y sus efectos sobre los viñedos no es solamente un problema de España donde se acaban de publicar disposiciones para limitar las nuevas plantaciones. También afecta a otras grandes zonas productoras como Burdeos donde en base a unas ayudas de unos 60 millones de euros, se prevé el arranque de unas 8.000 hectáreas. La situación afecta igualmente al comercio internacional para las ventas de terceros países importantes productores. Según los datos manejados por el Observatorio Español de los Mercados del Vino, en los ocho primeros meses de este año las ventas de Chile cayeron un 25%, las de Australia lo hicieron en un 5,6%, las de Nueva Zelanda el 0,4% y en un 29% Estados Unidos