El seguro agrario experimentó en 2023 un a cifra record en el volumen de las contrataciones hasta superar por primera vez los 1.000 millones de euros, un 16% más que en el ejercicio anterior. A la vez, el montante de las indemnizaciones ascendió igualmente a otra cifra record de 1200 millones de euros en un año marcado por la sequía y los efectos de la invasión de Ucrania.

De cara a 2024 el gobierno dio luz verde a un plan dotado de 284,5 millones de euros, cifra que supone un ajuste del 21% sobre el total de los fondos asignados para el plan anterior que llegó a los 358 millones de euros. Las circunstancias excepcionales dieron lugar a que, sobre una asignación inicial de 257 millones, el gobierno aplicara partidas complementarias de 60 y 40 millones. De cara al Plan 2024, a la subvención media a las pólizas de un 45% se añaden subvenciones complementarias para colectivos de ocho y de hasta 18 puntos en el caso de los agricultores jóvenes profesionales hasta superar el 65% del coste de la póliza.

A pesar del recorte que se aplicará en los fondos para el Plan de 2024, objetivamente hay que señalar que la actual Administración ha sido la protagonista en el incremento de los fondos para el seguro agrario que en 2018 solo ascendían a 211 millones de euros

El seguro agrario supuso en 2023 unas 400.000 pólizas por más de seis millones de hectáreas con una producción asegurada de 37 millones de toneladas y de 416 millones de animales.

Los desajustes ya durante varios años entre el valor de las primas y el volumen de las indemnizaciones están reduciendo las reservas de las entidades aseguradoras y obligan a acudir al reaseguro del Consorcio de Compensación. Por todo ello, desde el sector se apunta la necesidad de un debate en profundidad del sistema para que siga siendo de interés para aseguradoras y asegurados y que el incremento de primas o recorte de coberturas no sea la salida a un instrumento clave de la política agraria.