El vino, en horas bajas

Agricultura, de acuerdo con la petición de la interprofesional por la caída de la demanda, solo autorizó para nuevas plantaciones en 2024 928 hectáreas, el 0,1% de la superficie actual

El sector del vino, viticultores y bodegas, no atraviesa su mejor momento consecuencia de la caída de la demanda, tanto en el mercado interior como en las ventas en el exterior. En ese escenario, de acuerdo con la petición de la interprofesional del sector, el Ministerio de Agricultura abrió el pasado 15 de enero hasta el 28 de febrero el periodo para la presentación de las solicitudes para la autorización de nuevas plantaciones de viñedo en 2024 que se elevarán a un máximo de 928 hectáreas equivalentes al 0,1% de la superficie registrada al pasado mes de julio que ascendía a 928.000 hectáreas. Al margen de esta normativa estatal, algunos Consejos Reguladores de Denominaciones de Origen como Rioja, Rueda, Ribera de Duero o Cava adoptan normas más restrictivas con el objetivo de ajustar más la oferta a la demanda y en definitiva proteger sus mercados.

Esta estrategia de freno sobre el potencial vitivinícola puesto en marcha para este año por la Administración, responde básicamente a las recomendaciones de la propia Organización Interprofesional del Vino de la que forman parte viticultores y las bodegas ante el comportamiento de los mercados y dentro de la normativa comunitaria.

 Según los datos manejados por la Organización de los Mercados del Vino, en los últimos años se ha mantenido una línea casi permanente de caída en la demanda de vino consecuencia de diferentes factores que van desde la publicidad negativa para el consumo de alcohol, el alejamiento de los más jóvenes frente a la mayor demanda de otras bebidas como la cerveza, sin dejar a un lado los altos precios con los que opera la restauración.

En el caso del mercado interior, la misma cayó de más de 12 a menos de 10 millones de hectolitros, y en la exportación desde los 24 a los 20 millones de hectolitros. Esta situación obligó en el pasado a adoptar medidas excepcionales de ajuste como la transformación de los excedentes en alcohol, aplicar la vendimia en verde destruyendo racimos, limitando los rendimientos por hectárea o las políticas de arranques y replantaciones parciales de hace décadas donde se pagaba por eliminar hectáreas y pagaba por plantar una superficie inferior, pero con mayores rendimientos. Otra de las notas características de la actual situación del sector es el incremento de las ventas de los vinos blancos y el descenso de los tintos, especialmente los de una mayor graduación o envejecimiento, lo que ha dado lugar a estrategias diferentes en cada segmento de la oferta, aunque domina la prudencia a la hora de las nuevas plantaciones.

En este contexto, con el objetivo de ajustar la oferta a la demanda, la resolución contempla que, en Rioja, con más de 60.000 hectáreas, donde en los últimos años mandan las elevadas existencias, las autorizaciones para nuevas plantaciones de 2024 a 2026 sean de solamente 0,1 hectárea. En Ribera de Duero con una superficie de unas 27.000 hectáreas, las nuevas plantaciones solo serán de 200.Una posición similar es la adoptada por el Consejo Regulador de Cava 0,1 hectárea sobre las 38.000 existentes, donde se imponen los planteamientos de los viticultores y bodegas de Cataluña frente a las ganas de crecer, entre otros, de los extremeños de Almendralejo o los valencianos de Requena o en Rueda donde ya se acordó el pasado año aumentar en solo una hectárea la superficie de cultivo cada año hasta 2026.