La agenda comunitaria del presente año 2024 estará marcada por las elecciones al Parlamento Europeo en junio y el nombramiento de una nueva Comisión Europea en el otoño.

Estas citas pueden suponer retrasos en el cierre de propuestas que están en distintas fases del proceso de aprobación. Por otro lado, la composición del futuro Parlamento y el perfil de la nueva Comisión podrían suponer cambios de posición respecto a los proyectos que se están debatiendo.

En cualquier caso, en esa agenda figuran asuntos importantes en materia agraria. Por ejemplo, se debatirá sobre la simplificación y la flexibilización de algunos de los requisitos de la actual PAC y se empezará a hablar ya de la siguiente, la que se pondrá en marcha después de 2027.

Seguirán teniendo protagonismo las políticas medioambientales que inciden en la agricultura, como todas las relacionadas con el agua, el suelo y el aire.

Están todavía a debate algunas propuestas, como la regulación de las nuevas técnicas de selección genómicas, la normativa sobre el uso sostenible de fitosanitarios (que el Parlamento Europeo rechazó en bloque, pero que el Consejo parece querer seguir debatiendo), la propuesta sobre el bienestar del ganado durante el transporte o la dirigida a modificar el estatuto de protección del lobo, por citar algunas.

La sanidad animal y vegetal, y las negociaciones comerciales con países terceros, que cada vez preocupan más a los agricultores y ganaderos, también deben figurar entre las tareas de las instituciones comunitarias.

Y todo ello con las guerras en Ucrania y Oriente Medio como telón de fondo, con las consecuencias que los conflictos siguen teniendo en los mercados agrarios y en los de insumos.