Se ha dado un paso más hacia la implantación de un etiquetado detallado del origen de la miel. El Parlamento Europeo se ha pronunciado a favor de que los envases de miel indiquen el origen de la misma y, cuando se trate de mezclas, incluyan el nombre de los países de origen y el porcentaje de cada uno en la mezcla.

Los Estados miembros ya adoptaron su posición al respecto, también en esta línea, por lo que el siguiente paso es el inicio de las negociaciones entre las dos instituciones para llegar a un acuerdo final sobre este asunto. Esas negociaciones comenzarán en enero.

Los eurodiputados adoptaron su informe sobre la revisión de la directiva de la miel por 522 votos a favor, 13 en contra y 65 abstenciones. En él defienden que sea obligatorio indicar el país de origen de la miel en los envases, en el mismo campo visual en el que figura el nombre del producto. Si se trata de mezclas, los países de origen deberán indicarse en la etiqueta en orden decreciente en función de la proporción que representan en el producto final. El texto votado prevé también la implantación de un sistema de trazabilidad a lo largo de toda la cadena de suministro, con el fin de poder hacer un seguimiento del producto hasta su origen. Entre las enmiendas adoptadas en sesión plenaria figura la de crear en la UE un laboratorio de referencia para la miel con el fin de mejorar los controles y detectar las falsificaciones por medio de tests sistemáticos.

Las organizaciones y cooperativas agrarias de la UE (COPA-COGECA) -que llevaron a cabo una acción en Estrasburgo, coincidiendo con la votación en el Parlamento, para reclamar “un etiquetado honesto de la miel”- consideran que “esta decisión es un primer paso esencial para proteger mejor a los apicultores y a los consumidores europeos”. También aplauden la eliminación de la derogación que eximía de la aplicación obligatoria del sistema de trazabilidad a los apicultores con menos de 150 colmenas.