La Comisión de Medio Ambiente del Parlamento Europeo (Comenvi) ha adoptado por 73 votos a favor, 2 en contra y 10 abstenciones su posición sobre la revisión de las llamadas “directivas desayuno”, entre las que se encuentra la relativa a la miel. Al igual que el Consejo de la UE, defiende la indicación del origen de la miel en las etiquetas y que se precise el porcentaje de cada origen cuando se trate de mezclas.

La votación de esta posición en el pleno del Parlamento podría programarse para la sesión del 11 al 14 de diciembre. Después, los negociadores del Parlamento y del Consejo podrán iniciar las conversaciones para llegar a un acuerdo, dado que los expertos agrícolas de los Estados miembros dieron el 14 de noviembre, en la reunión del Comité Especial de Agricultura (CEA), su mandato a la presidencia española para estas negociaciones.

Los diputados quieren que sea obligatorio indicar el país de origen de la miel en las etiquetas, en el mismo campo visual que la indicación del producto. Al igual que los Estados miembros, el Parlamento plantea que, en el caso de las mezclas, se indiquen en las etiquetas los países de origen por orden decreciente en función de su proporción en las mismas. También deberán figuran el porcentaje exacto de cada país o la horquilla de porcentaje correspondiente a la parte del país. Si más del 75% de la miel procede de países no comunitarios, esta información deberá indicarse claramente en la parte frontal del envase. Al igual que el Consejo de la UE, los parlamentarios consideran que la mención de los países puede sustituirse por un código de dos letras (conforme a las normas ISO) si el contenido del envase es inferior a 30 gramos.

Otro punto importante para la Comenvi es el relativo a los fraudes. El texto adoptado prevé la implantación de un sistema de trazabilidad a lo largo de toda la cadena de suministro, con el fin de poder localizar el origen de la miel. Los apicultores de la UE que cuenten con menos de 150 colmenas no estarán sometidos a esta obligación. Según el informe, se habilitará a la Comisión Europea para que adopte, un año después de la entrada en vigor de la nueva directiva, un acto delegado con el fin de definir un método de análisis armonizado que permita determinar los orígenes precisos de la miel.