Las autoridades italianas han hecho una decidida apuesta por la defensa del modelo tradicional en la producción agraria al posicionarse radicalmente en contra de los productos sintéticos o elaborados artificialmente mediante cultivos celulares en la carne. Además de argumentar razones económicas, señala defensa de una política de calidad de cara a los consumidores en contra de las estrategias de oferta en manos de grupos multinacionales.

Con esta posición que debe ser aprobada por las instituciones italianas, el país se hallará a la cabeza de los Estados comunitarios libres de alimentos sintéticos. Rechaza igualmente que un producto elaborado con verduras pueda ser denominado como carne.