La barrera de los ocho euros frena al aceite en origen

La caída de la demanda especialmente en la industria y en la restauración, menos en los hogares y la mejora de las previsiones de cosecha por las pasadas lluvias, como telón de fondo

Los precios del aceite de oliva, tras la subida espectacular de la última campaña en más de un 70%, han comenzado a ceder en la barrera de los ocho euros kilo para retroceder inicialmente a los 7,5 euros para un virgen extra, unos 6,8 euros para un virgen y 6,5 euros para un tipo lampante o el aceite de menor calidad que necesita ser refinando para su consumo. Las razones de este comportamiento de los precios se podían resumir en dos. Por un lado, frente a las cosechas bajo mínimos de los últimos dos años, la anterior de solo 665.000 toneladas, la posibilidad de una próxima campaña cercana a las 800.000 toneladas a pesar de los problemas de floración que hubo en primavera y los bajos rendimientos en estos inicios de la molturación, junto a los efectos de las lluvias. Habrá más aceite y, sobre todo, una menor demanda, oficialmente, con datos de Agricultura, por una caída global de casi un 40% en el mercado interior y de un 34% en la exportación consecuencia de los precios elevados. Sin embargo, en la demanda interior hay dos caras. Por un lado, se ha producido una caída muy alta en su utilización en la industria alimentaria y en la restauración sustituyendo a la misma por otras grasas más baratas. Sin embargo, su consumo en los hogares solo habría caído en un 20% según las estimaciones de las industrias, lo que demostraría la fidelidad de los consumidores a pesar de los precios.