El ministro de Agricultura y Soberanía Alimentaria francés, Marc Fesneau, ha anunciado un plan de acción para limitar al máximo el impacto de la enfermedad hemorrágica epizoótica (EHE) en el sector bovino francés. De momento, el Estado se hará cargo del coste de los análisis y de los gastos derivados de la toma de muestras en caso de sospecha clínica.

Por otro lado, desde mediados de octubre funciona un grupo de trabajo encargado de estudiar posibles medidas de apoyo (por parte del Estado y del fondo de mutualización del riesgo sanitario y medioambiental, FMSE) una vez que se determine el impacto económico a corto plazo de la enfermedad en las explotaciones (mortalidad y coste de los cuidados a los animales enfermos).

Fesneau hizo este anuncio durante una visita a una explotación afectada. La enfermedad apareció en territorio francés a finales de septiembre y desde entonces se han registrado más de 2.000 focos en el suroeste del país.

Los detalles del plan de acción se abordarán con los profesionales y uno de los objetivos es profundizar en el conocimiento de la enfermedad y de su impacto sanitario para adaptar las medidas de vigilancia, prevención y lucha. También contempla la información a los demás Estados miembros de la UE y a países terceros sobre la evolución de la enfermedad para mantener los mercados exteriores abiertos. Por otro lado, según el Ministerio de Agricultura francés, esta crisis sanitaria ha puesto de manifiesto la fragilidad del modelo económico del sector bovino del país, muy dependiente de los mercados español e italiano, por lo que también se aprovechará el plan para mejorar su resiliencia.

Entre las peticiones de la Federación Nacional Bovina (FNB) figura que puedan sacrificarse los animales que den positivo, con una compensación financiera del Estado por la pérdida de valor; una ayuda al mantenimiento de los animales en la explotación; y cambios en las exigencias sobre carga ganadera de la PAC en las zonas en las que esta se vea alterada por la enfermedad.